Iré Habana
Iré Habana significa en yoruba “bendición a La Habana”, y ese ha sido el sentido primario de esta propuesta, un canto a la salud de esta ciudad amada, es la expresión de un voto de alegría y salud espiritual, una invocación al goce y a la plenitud de La Habana, donde la alegría ha sido sustancia intrínseca y el dolor, la amenaza o la desesperanza se doblegan cada día ante la creatividad y la infinita capacidad de ilusión de su gente.
Partiendo de una inusual y eficaz formación integrada por piano, percusión cubana, contrabajo acústico y la voz de una soprano lírica, José María nos propone esta vez una forma desprejuiciada y subyugante de abordar el jazz latino, la trova, la música yoruba, la cristiana, la campesina y todo lo cubano en general.
La voz de Bárbara Llanes, como instrumento o interpretando textos, José María la logra insertar magníficamente a esta propuesta. La amplitud de su registro y la sorprendente capacidad para adaptar su emisión a las más diversas exigencias de estilo, la convierte en el instrumento idóneo para recorrer el amplio reto que Vitier propone y que la enfrenta a brillar con sorprendente solvencia en los modos de una jazzista sui generis, o las esencias ancestrales de una nana yoruba.



El piano de José María extasiado, con un sonido de especial delicadeza, es el enlace de cada una de las partes, improvisando y proponiendo temas, enlazando el batá, vibrante y enardecido, con el perfecto dibujo de la voz de Bárbara Llanes. En su propuesta se unen el bajo acústico, interpretado por Gastón Joya, a las percusiones de Adel González, apegadas al rigor de hondas tradiciones que dominan y recrean. Todos penetrados de un profundo sentido expresivo, todos consientes de que cada momento puede ser un hito irrepetible de nuestro propio mestizaje cultural, del que somos sustancia irreversible.
Una vez más La Habana es el marco existencial de las búsquedas de José María Vitier. Por esta ciudad, con cuyo destino está para siempre comprometido, es que se levanta este canto, a veces vibrante, a veces nostálgico, pero siempre elaborado con los más finos ingredientes de lo cubano. Lo cubano que heredamos y lo cubano que surge cada día. Lo cubano poseído y lo cubano anhelado.
Iré Habana es también un concierto que recoge la cotidianidad cubana, habanera, en un ir y venir por las calles, por los rostros de la gente y una ventana al mundo de la religiosidad cubana: esa fe mestiza, cristiana y yoruba, savia de nuestro pueblo, que integrada a la música, ruega con sus cantos por La Habana, por Cuba, por su cultura, por su salvación.
Silvia R. Rivero.
Raider Técnico
Instrumentos
- Piano acústico gran cola.
- Contrabajo acústico
- Percusión: 4 congas, 1 juego de batas, 1 timbal con campana, 1 bongó, 1cajón, 2 platillos. La percusión menor se puede llevar desde la Habana)
Microfonía y sonido:
- 2-3 mic en dependencia del modelo de mic para la amplificación del piano.
- 1 mic para el contrabajo acústico, más una línea y un equipo amplificador del bajo.
- 5 mic para la percusión
- 4 mic para voces (1 voz solista y 3 coro)
- 4 bocinas de referencia
- Un mixer adecuado a estas necesidades para el audio de sala y de referencia. La potencia requerida dependerá del lugar del concierto.